Henry (Nathan Meister), un hombre que le tiene fobia a las ovejas, regresa a la granja de su hermano (Peter Feeney) en Nueva Zelanda, con la esperanza de que su hermano le compre la propiedad. Sin embargo, lo que él descubre son unas ovejas alteradas genéticamente que atacan a los humanos transformándolos en inmortales y asesinos. La locura se desata cuando Henry, una activista (Danielle Mason) de los derechos de los animales y una granjera (Tammy Davis) intentan detener a los animales